Mejores Prácticas para Mantener un Andador

Igual que elegir un andador de ancianos incorrecto es perjudicial para su usuario, no dedicar el tiempo necesario a su cuidado puede hacer que acabe por no proporcionar todos sus beneficios. Pero no te preocupes, mantener un andador de adultos es sencillo con estos consejos que te proporcionamos.

mantener y limpiar andador

La importancia del mantenimiento en andadores de adultos


Los andadores son herramientas esenciales para muchas personas mayores o con movilidad reducida, ya que brindan estabilidad, confianza y autonomía. Sin embargo, como cualquier equipo, requieren un mantenimiento adecuado para garantizar su funcionalidad y seguridad.
En este artículo, te enseñaremos cómo cuidar tu andador, desde la limpieza básica hasta la revisión técnica de sus componentes, integrando consejos prácticos y procedimientos simples que cualquiera puede realizar en casa.
Siguiendo estos sencillo pasos, prolongarás la vida útil de tu ayuda ortopédica y ganarás en seguridad.


Primer paso para mantener tu andador, conocer las instrucciones del fabricante


Leerse los manuales de instrucciones puede resultar aburrido y en el caso de estos productos parece todo muy obvio, pero siempre es recomendable familiarizarse con las instrucciones del fabricante.
Cada andador tiene características específicas y materiales que requieren cuidados particulares.
Dedica unos minutos a leer el manual de usuario, donde encontrarás indicaciones sobre los métodos de limpieza permitidos, recomendaciones de lubricación y piezas que podrían necesitar ajustes periódicos.
A menudo, estos manuales incluyen advertencias sobre productos químicos que podrían dañar el acabado o las partes plásticas del andador. Por ejemplo, algunos desinfectantes pueden deteriorar las empuñaduras de goma.
Conocer esta información evitará errores que podrían comprometer la funcionalidad del equipo o hacer necesario el cambio de piezas.

Limpieza básica y desinfección del andador


Para limpiar un andador, los materiales que necesitarás son muy sencillos:
• Jabón suave o detergente neutro.
• Paños de microfibra o algodón.
• Cepillo pequeño para zonas de difícil acceso.
• Desinfectante suave, preferiblemente sin cloro.

Procedimiento paso a paso

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Limpieza de las superficies: moja un paño con agua tibia y un poco de jabón. Frota todas las partes del andador, haciendo énfasis en las áreas más expuestas al contacto, como empuñaduras, asiento y patas.

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Cepillado en áreas pequeñas: usa el cepillo para limpiar las juntas, las bases de las ruedas y los mecanismos plegables.

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Desinfección: una vez limpio, aplica un desinfectante suave en las superficies clave, sobre todo empuñaduras y asiento. Este paso es especialmente importante si el andador se usa en entornos públicos.

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Secado: asegúrate de que todas las partes estén completamente secas antes de volver a usarlo. La humedad prolongada puede causar oxidación en las partes metálicas o deterioro en las juntas. No olvides que, aunque la estructura es inoxidable, pequeñas piezas metálicas o muelles pueden no serlo.

Inspección visual para detectar desgaste y daños comunes


¿Qué revisar antes de cada uso? No cuesta nada hacer una revisión rápida y garantizas mayor seguridad.
Antes de usar el andador, realiza una inspección rápida para asegurarte de que esté en buen estado. Verifica que:
• Las ruedas giren sin problemas y estén bien sujetas a su eje.
• Ambas empuñaduras estén firmes en su tubo y sin desgaste excesivo.
• Las fijaciones estén en su lugar y bien firmes (tornillos, clips o mecanismos de bola y muelle).
• También cerciórate que los ajustes son los adecuados, conozco casos en los que los nietos del anciano movieron uno de los asideros. Aprovecho para remarcar que enseñes a los niños que el andador del abuelo no es un juguete (aunque tenga ruedas)

Elementos a inspeccionar semanalmente
Dentro de tu rutina para mantener tu andador, dedica una vez por semana a una revisión más detallada.
Presta especial atención a los frenos, comprobando que actúen de manera firme al accionarlos y liberen las ruedas adecuadamente cuando no se utilizan.
Si tienen posición de bloqueo o aparcamiento, comprueba que se mantienen bloqueando las ruedas y que las sueltan por completo al desbloquear.

Revisión mensual para mantener vuestro andador


Cómo verificar las conteras y ruedas
Las conteras de goma, situadas en las patas sin ruedas, son partes esenciales para evitar deslizamientos. Inspecciona que no estén desgastadas o agrietadas. Si detectas daños, por leves que sean, reemplázalas de inmediato.
Por otro lado, revisa las ruedas en busca de desgaste desigual o grietas en el caucho. Además, asegúrate de que los ejes no estén flojos. Una rueda mal ajustada puede dificultar el movimiento y comprometer la seguridad del usuario.
Otra comprobación que interesa hacer de vez en cuando, si no lo necesitas hacer con frecuencia, es plegarlo y desplegarlo para comprobar que todos los elementos móviles vuelven a su posición de uso correctamente.
Cuidados específicos para frenos y asiento
Si el andador incluye frenos, revisa que las zapatas no estén desgastadas y que los cables estén tensos y libres de oxidación.
En cuanto al asiento, asegúrate de que esté bien anclado y que no presente roturas o zonas debilitadas que puedan ceder con el uso.
Otro aspecto que puedes revisar, aunque con menos frecuencia, son las soldaduras. Asegúrate de que no haya grietas que es lo normal, pero nunca está de más comprobarlo.

Asegurando la seguridad antes de cada uso
Ya mencionamos una serie de elementos que se deberían echar un vistazo antes de cada uso. Te contamos ahora cómo hacerlo.
Cómo probar los frenos correctamente
Antes de cada paseo, activa y suelta los frenos varias veces para comprobar su funcionamiento. Si notas que no detienen el andador de manera eficiente o que se sienten «flojos», ajusta el cable o consulta al fabricante para obtener instrucciones de reparación.
Pon la posición de bloqueo y comprueba que las ruedas se frenan por completo y no giran.
Los de maneta son como los de una bicicleta, puedes tensar el cable que los activa. Si son por presión, comprueba que el tope llega bien a las ruedas con una presión razonable, la que haría el usuario y que recupera a su posición original.
Verificando la estabilidad de la estructura
Coloca el andador en una superficie plana y empújalo ligeramente. Si notas movimientos inusuales o sonidos de holgura, es probable que alguna fijación esté floja. Ajusta los tornillos o solicita ayuda profesional para evitar accidentes.

Mantener el andador por un profesional, buscando al experto


Aunque casi todos los problemas pueden solucionarse en casa, hay momentos en los que es mejor buscar un servicio técnico especializado. Por ejemplo:
• Cuando las ruedas tienen daños graves que afectan su funcionalidad. Por ejemplo, que se haya roto un eje o que no se pueda cambiar la rueda sin la intervención de un experto.
• Si las soldaduras de la estructura muestran grietas. Los controles de calidad de fábrica impiden que esto ocurra con un uso adecuado, pero nunca se sabe.
• Cuando los frenos no pueden ajustarse correctamente.
• Algún otro elemento se ha roto o soltado de su fijación.
Un mantenimiento profesional puede incluir ajustes de fábrica, reemplazo de piezas originales y lubricación de mecanismos internos. Este servicio asegura que el andador recupere su funcionalidad y prolonga su vida útil. ¡Como si fuera nuevo!

Consejos adicionales para prolongar la vida útil del andador


Evitar daños por uso indebido
No uses el andador para transportar cargas pesadas, ya que esto puede dañar algún elemento. Además, evita empujarlo con fuerza excesiva en superficies irregulares. Piensa que es una ayuda ortopédica pensada para moverse despacio, al ritmo de un usuario con problemas de movilidad.
Almacenamiento adecuado para prevenir deterioros
Guarda el andador en un lugar seco y protegido del sol. La exposición prolongada a la humedad puede causar oxidación en las partes metálicas, mientras que los rayos ultra violeta pueden deteriorar los plásticos y gomas.
Puedes usarlo con tranquilidad al sol, pero cuando no lo necesites, mejor protegido.

Conclusión, un andador bien mantenido, una vida más segura


Mantener regularmente un andador es fundamental para garantizar su seguridad y prolongar su vida útil. Desde una limpieza básica hasta revisiones técnicas más detalladas, cada cuidado cuenta para mantener este equipo en óptimas condiciones.
Con estos consejos prácticos y sencillos, puedes asegurarte de que el andador cumpla su función de apoyo y movilidad durante mucho tiempo.
No olvides que un andador bien mantenido no solo os durará más, sino que también brinda tranquilidad y comodidad a quien lo utiliza.